Hoy
pensando en el partido del sábado, recuerdo el primer día que ví a mis
jugadores, sus caras de atención y de recelo a la vez, después de mis primeras
palabras advertí que lo que más necesitaban no eran palabras precisamente, si
no que lo que realmente necesitaban era descubrir que podían hacer grandes
cosas, que necesitaban una chispita que los despertara y que algo cambiara, y
que necesitaban que me ganara su respeto, algo que me propuse intentar con
todas mis fuerzas y dedicación, la directiva fue protagonista al dar también
nuevos alicientes a un equipo que se había salvado por los pelos de descender
pese a la gran calidad que atesoran sus jugadores.
Entonces
empezaron los entrenamientos y poco a poco mientras superábamos etapas, iba
notando que el grupo se iba ilusionando, y poco a poco me fui adaptando a ellos
y ellos pusieron mucho de su parte para adaptarse a mi. Se empezó a entrenar
muy pronto, el primer día de Agosto, algo inusual las últimas temporadas, pero
ellos respondieron como si fuesen profesionales sin serlo, todos los días vivía
con ellos su esfuerzo, veía como sudaban y daban cada día un poco más,
empezamos a disputar amistosos, las cosas iban saliendo pero no ganábamos, aún
así ellos siguieron confiando y trabajando…
Con
dificultades conseguimos el principal objetivo que era clasificarnos entre los
ocho primeros, quizás ahí quizá nos faltó ambición o un poquito de suerte y
entramos en una dinámica negativa que nos costó bastante superar, aún así
conseguimos ganar algún partido y competir de tu a tú en muchos.
Pero
el mayor cambio de todos fue que pusimos los cimientos para convertirnos en un
equipo a respetar y con un comportamiento digno de elogio, ya no íbamos
los justos a jugar, no se tiraban partidos por protestar y siempre estábamos
suficientes para entrenar adecuadamente. Existía un sacrificio visible en el
día a día, muchas veces no apetecía hacer pesas, pero se hacían, otras veces
apetecía más quedarse en casa y ver algún partido por la tele, pero se
renunciaba y se entrenaba, otras veces apetecía más estar con los colegas o con
la pareja, pero se hacía el esfuerzo y se entrenaba y/o jugaba.
Esta
temporada consistía en asentar todos estos cambios y mantener la dinámica de
trabajo conseguida la anterior, alguna baja, alguna incorporación pero los de
siempre ahí seguían dando ejemplo desde el principio, los que empezaron la
temporada anterior, ya con un año de experiencia, se convirtieron en jugadores
con la misma importancia que los demás y se le sumó alguno más…
Y
vuelta a entrenar en Agosto, muy temprano, con mucha ilusión y con ganas de
mejorar lo del año anterior, y aquí estamos, a menos de un mes para terminar y
con todas esas cosas conseguidas, en una situación soñada por todos antes de
empezar. Y quizás fue más difícil, estuvimos en la cuerda floja, las lesiones
sobre todo nos han lastrado durante toda la temporada, pero supimos reponernos
y jugar una segunda vuelta impecable, donde después de demostrar de nuevo que
confiabais en mi aceptando el planteamiento defensivo ante Xabañús y
luego jugando dos finales ante Tirso y Poio que nunca se borrarán de mi cabeza
(que forma de defender! Que intensidad! Que todo!).
Llegó
la segunda fase, los dos primeros partidos eran fundamentales, uno lo
empatasteis pese a mi y otro lo ganasteis vosotros solitos dando la sorpresa
del año, luego llegaron mas rivales y más victorias, Novás, Guardés, Carballal (recordar
que partidazo hicimos y lo superiores que fuimos), Seis do Nadal… en fin que
fuimos líderes varias jornadas, llegó el Bueu y quizás el miedo y la
responsabilidad nos pudo (además que los rivales no son mancos…) nuevas
lesiones y nuestra confianza decayó un poco, empatamos de nuevo en una pista
muy complicada y volvimos a caer en casa, pero seguimos, y recuperamos el
liderato con dos nuevas victorias, y como en las derrotas, demostrasteis que
por entrega no se os puede reprochar nada, que sois grandes en los momentos
buenos y en los malos y que merecéis el respeto de todos y por supuesto el mío.
Ahora
llega un nuevo partido, donde la verdad, ni a mi ni a nadie tenéis
que demostrarnos nada, porque ya lo habéis hecho durante casi dos años y estoy
más que contento y satisfecho por todo y orgulloso de participar con vosotros.
Los protagonistas, que sois vosotros tampoco
creo que necesitéis demostraros nada, bueno quizás sí, quizás necesitéis
demostraros que sois capaces de disfrutar de lo que habéis hecho y de lo que
estáis viviendo. A veces os he dicho que esta oportunidad puede que no se
repita, pero lo digo con la boca “pequeña”, estoy seguro que estas experiencias
se repetirán con asiduidad porque realmente sois muy grandes. Puede que alguno
se vaya y que otro llegue, pero el espíritu seguirá ahí, seguro que sigáis o
no, estaréis orgullosos de haber convertido a este grupo de compañeros y amigos
en un equipo.
Queda
poquito para terminar y en mi caso cerrar una etapa que ha sido muy positiva
gracias a vosotros sobre todo, porque al fin y al cabo es con vosotros con los
que mas horas he compartido, mas viajes, mas charlas etc., y desde muy lejos recordaré las
charlas y los espectaculares lanzamientos de la muñeca mágica de Quin, la dirección del maestro Moncho tanto dentro como fuera de la
pista y su ejemplo, la potencia, velocidad y ganas de Felipe, la entrega, la simpatía y el 1x1 de Alan, los caderazos y compromiso de Cata, la explosividad de Lalá,
la constancia de Xabi, La valentía
de Perón, la alegría de recursos de Fari y Diego, recordaré también al
“zumbador” Caamaño, al volador Martín, los pasos de 7 leguas de Cristian, la tranquilidad de nuestro
gigante Felisuco, la técnica y
elegancia de Pombo y Xosé, la
veteranía y buen hacer de Victor, la
fuerza y mala “pata” de Churo, la
finta y “regalitos” de Jose Ramón,
el poderío e implicación de Salva,
la ayuda de Felipe, Eloy y Lorenzo… , hasta
recordaré las movidas del “hijo rebelde” Nacho (que no se adaptó a la
ensaladilla local), de lo buena persona que es Dozo (tampoco se adaptó al atún),
del sorprendente Leisán, de Pincho y del mejor pivote de la categoría juvenil (tachi
dixit) Barcia, y junto a todos estos
los incodicionales que siempre acompañan al equipo, el mejor de todos los
delegados Perón, junto a él Fran, Oscar, Campaña, Perfecto, Andrés, Miguel, Oanes,
Manolo (todos estos que consiguen sacar el barco adelante y que nos permiten
los medios para poder trabajar y competir), y para terminar esos aficionados
que siempre están ahí los sábados por la tarde cuando jugamos en casa, incluso
alguna vez se tienen “papado” viajes largos por acompañarnos y a veces haciéndonos
sentir que jugábamos en casa a mas de 150 Km .
En
fin que el que llegue se va a encontrar con un grupo que merece mucho la pena,
y que si alargáis esto hasta Mayo tampoco le haré ascos a currármelo un poquito
más, gracias chavales y a disfrutar que lo que importa es el camino.
¡¡VAMOSSSSS!!
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